Eres un Inquisidor al servicio del Trono Dorado. Te hallas frente a una gran guerra secreta: tu deber es erradicar el pernicioso hedor de la herejía, la vileza de los alienígenas y la perversa influencia del Caos. Caminarás por donde otros temen adentrarse, jamas obtendras dama o recompensa alguna, pero si te mantienes firme tus actos serán susurrado al oido del Dios Emperador de la humanidad, y tu nombre sera venerado durante milenios.